domingo, 31 de marzo de 2013

La Resurrección en trece verbos...


Queridos Amigos y Amigas de ESPIRITUALIDAD COTIDIANA:

Les deseo una Fecunda Pascua, que puedan en este tiempo de Gracia, "Entrar más en la Vida", como dice, Martín Descalzo al hablar de la Resurrección...

Les comparto este escrito de Clemente Sobrado

"Confieso que me sincero deseo es, en estos momentos, presentar la resurrección de Jesús de modo que nos diga algo y hacerla contemporánea al hombre de hoy. Lo quería hacer de una manera simple. Algo que todos pudiésemos entender. No quedándonos en el pasado, sino algo que acontece hoy.

Y me doy con un librito muy sencillo pero interesante de Bartomeu Bennassar, titulado“Proclamar al Resucitado y seguir al Crucificado”. Y nada más abrirlo me encuentro con algo que me ha señalado el camino. No se trata de presentar el pasado sino ese Jesús que resucita hoy en medio de nosotros. Y lo describe en trece verbos y que él dice que para que sea Pascua basta “borrar” el “des”. Aquí te los presento:

“Des-corazonarse”. Los discípulos estaban descorazonados, desalentados. Estaban interiormente como muertos. Hasta que el Resucitado se les aparece y vuelven a sentir latir sus corazones. La resurrección nos devuelve un corazón nuevo, donde el aliento suple al desaliento. Ahora ya respiran y vuelven a soñar. Has resucitado.

“Des-animarse”. Estaban muertos. Les faltaba alma. Y al verlo de nuevo, el alma se les vuelve al cuerpo. ¡Todos necesitamos que el alma vuelva a animarnos por dentro y hacernos revivir! Cuando lo vieron, volvieron a vivir. ¿Tú no necesitas “animarte? Has resucitado.

“Des-esperarte”. La esperanza se había quedado enterrada con él en el sepulcro. Ahora, al verlo la esperanza vuelve a renacer. ¿Verdad que necesitas recobrar la esperanza perdida? Has resucitado.

“Des-favorecer”. Se sentían como abandonados, encerrados en su soledad. Al verlo, sienten que otra vez son los favorecidos de Dios. La visita del Resucitado es el mejor favor. ¿No necesitaríamos sentirnos más favorecidos de Dios? Has resucitado.

“Des-heredados”. Los discípulos se sentían sin nada. Sin la familia que dejaron y sin el Jesús al que siguieron por el que renunciaron a todo. Y golpe, vuelve a recuperar lo que creían haber perdido. Jesús vuelve a ser su mayor riqueza. ¿No necesitaremos sentirnos ricos por el Jesús que está con nosotros? Hemos resucitado.

“Des-graciados”. Se sentía sin nada. Sin gracia. Solos con su desilusión. El Resucitado, los vuelven a convertir sus “agraciados”. ¿Verdad que muchas veces nos sentimos unos desgraciados? Necesitamos sentirnos los “agraciados de Dios”. Has resucitado.

“Des-ilusionar”. ¿Mayor desilusión que sentir que lo han perdido? ¿Mayor desilusión que ir a un sepulcro y para colmo encontrarlo vacío? Todos vivimos demasiadas ilusiones que matan nuestro espíritu. Necesitamos que El vuelva a hacer de nuestros corazones una primavera de ilusiones y esperanzas. Has resucitado.

“Des-consolar”. Están desconsolados. Encerrados y las puertas atrancadas. Su ánimo por los suelos. Y cuando El se les aparece, les cuesta creer “por la alegría de verle”. ¿No estás necesitado del consuelo de Dios y de los demás? Has resucitado.

“Des-alentar”. Tan desalentados que ni se atreven a salir a la calle. Los de Emaús van tristes por el camino. Y el Resucitado los hace respirar profundo. “¿No ardía nuestro corazón? ¿Verdad que estás demasiado desalentado y no ves futuro en tu vida? Necesitas verlo de nuevo en tu vida.

“Des-amar”. Sienten que le han fallado. Ya no sienten su amor y amistad. Y la resurrección les hace sentir que El no está enojado, que los sigue amando. Que tu corazón no se quede vacío de amor. Has resucitado.

“Des-preciar”. Sienten que ya no son nada. Sin El no son nada. Pero el Resucitado les devuelve ese sentimiento de que son importantes. Los renueva con su espíritu y les encomienda su misión. Pase lo que pase, jamás te devalúes. Tú siempre seguirás siendo importante. Has resucitado.

“Des-encantar”. Se sienten defraudados de sí mismos. Pero al verlo, de nuevo sienten que el encanto vuelve a florecer en sus vidas. No pierdas nunca tu aprecio y estima. Incluso si los demás no te miran a la cara. El Resucitado te está diciendo que todavía hay ilusiones y esperanzas para ti. Has resucitado.

“Des-solidarizar”. Ya el grupo comienza a resquebrajarse. Dos ya han emprendido el camino de sus casas. Están juntos pero no son solidarios entre ellos. Cada uno está rumiando su propia desilusión. Uno de los signos pascuales es que tú te solidarices con los que ya están solos, tristes, sin el alma en el cuerpo. Has resucitado.

Bueno, creo se ha pasado alguno. Pero vivir la Pascua, vivir la Resurrección es volver a ser esa primavera de corazones, de amor, de esperanza, atención al otro, de sentirte heredero con El, de alentarte y alentar a los demás, de devolver el encanto a tu vida, y de hacerte solidario con los marginados y excluidos. Esa es la Pascua hoy en tu vida. Esa es la Resurrección hoy en tu vida. Has resucitado.

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