viernes, 6 de julio de 2012

Profetas de lo cotidiano...


Jesús ante la incredulidad de sus “paisanos de Nazareth”, se llama a sí mismo “Profeta”, cuando les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa».

Pero, ¿cual es este profetismo de Jesús? ¿Qué es un profeta? ¿Qué es la profecía de Jesús? Es ver lo que los otros no ven; es tener ojos nuevos para todo lo que acontece en lo cotidiano y “ver” que es lo que nos está diciendo Dios con todo eso…

¿Porque los paisanos de Nazareth, no creían en Jesús?

Quizás porque su familia no ocupaba un lugar de prestigio en su “sociedad”, su madre era pobre y sencilla, no tenían bienes, ni dinero…

En el Evangelio lo expresan con esta pregunta: ¿No es acaso el hijo del “carpintero”, el hijo de María? –Mc 6,3-. Jesús durante muchos años había trabajado de carpintero, el oficio aprendido de José.

Entonces, ¿Cuál es la profecía de Jesús?... Si tenía tanto poder y sabiduría, ¿Por qué pasó treinta años escondido, trabajando de carpintero?

Porque su opción fue precisamente vivir, compartir y aprender la sabiduría que nos enseña la simple vida de los pobres, y con su trabajo de artesano mostró que en realidad todo es importante a los ojos de Dios…

También en lo cotidiano de nuestras vidas, el Señor se manifiesta en signos tan simples y cotidianos que nos puede costar reconocer que vienen de Él.

Agudicemos la sensibilidad del corazón y reconozcamos las diferentes formas con las que Dios se hace presente en nuestra vida…

Volvamos con Jesús a “nuestro Nazareth”, para aprender a mirar con sus ojos, lo cotidiano, lo ordinario de nuestra vida misma, donde “acontece lo admirable de Dios”…

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